¿Por qué el lavavajillas es mejor para el medio ambiente que fregar los platos a mano? Recapitulemos las ventajas... Hemos hecho un recuento de los beneficios medioambientales de usar el lavavajillas en lugar de fregar a mano y explicamos cómo los distintos programas que ofrece tu lavavajillas pueden ahorrar agua, energía o ambas cosas.
Todos conocemos las ventajas obvias de usar el lavavajillas. Requiere menos tiempo, es más higiénico y eficaz que fregar los platos a mano y además hace más fácil mantener la cocina ordenada. No obstante, cabe preguntarse cuál es el impacto en el medio ambiente del lavavajillas.
Los resultados de investigaciones independientes son concluyentes: el lavavajillas es la forma más sostenible de fregar. En general, utiliza menos agua y menos energía, incluso si se tiene en cuenta la energía empleada para hacer funcionar el propio lavavajillas.
Los aparatos más nuevos son más energéticamente eficientes que los más antiguos, los lavavajillas grandes son más económicos en términos generales, pero un modelo más compacto funciona mejor para un hogar de pequeño tamaño que utilizar el grande estando medio vacío.
Estos son los conceptos básicos, ahora profundicemos más para averiguar cómo reducir el consumo, conservar el agua y ahorrar energía empleando los programas adecuados.
La respuesta obvia sería el programa eco. Sin embargo, si vives en una zona que sufra restricciones de agua, lo más importante será ahorrar agua. Si vives en un lugar en el que los cortes de electricidad sean un problema, es posible que prefieras prestar más atención al ahorro de energía. La mayoría de fabricantes ajustan el programa eco para que funcione con temperaturas más bajas y use menos agua, pero es recomendable comprobar el manual del lavavajillas para verificar el potencial de ahorro de agua y energía de otros ciclos, como el lavado corto o el botón de reducción de agua.
Asegúrate de que tu lavavajillas esté tan lleno como sea posible antes de encenderlo. Lee nuestra guía sobre cómo cargar tu lavavajillas para descubrir cómo conseguir que entre el máximo de platos sin sacrificar la limpieza óptima. Pon siempre el lavavajillas a la temperatura más baja posible. Obviamente tendrás que aumentar la temperatura del agua para los platos muy sucios, y es buena idea llevar a cabo un programa intenso de vez en cuando para limpiar la máquina y eliminar las bacterias, pero una temperatura más baja suele ser mejor para los platos, tazas y vasos de uso diario. Además, ahorra energía seleccionando un secado a temperatura ambiente (si está disponible) o incluso finalizando el lavado antes de la fase de secado, dejando que los platos se sequen solos al aire.
Como con cualquier aparato eléctrico, apaga la máquina cuando no la estés utilizando. Puedes reducir el gasto eléctrico poniendo el lavavajillas en las horas de menor demanda (por ejemplo, por la noche), cuando la electricidad a menudo es más barata.
No enjuagues previamente los platos, ni debajo del grifo ni en el aparato. Desecha los restos de comida en la basura antes de meter los platos en el lavavajillas, pero no desperdicies agua enjuagándolos: es una tarea que se repetirá durante el ciclo de lavado. El vídeo de Diarios de Lavavajillas que figura a continuación explica por qué no es necesario enjuagar previamente.